domingo, 9 de septiembre de 2018

                                              Lograr que los viajes agranden mi mirada


Hay viajes largos, medianos y cortos...todo depende de la actitud. Para viajar no se requiere dinero y tampoco de reloj; basta con recrear  aquel gesto primario y natural: caminar. 
Caminar para mirar, mirar para aprender, mirar y volver a mirar hasta que se convierte en una obsesión.

Caminar, moverse de un lado a otro motiva y agudiza la percepción. Los espacios y las situaciones abundan en la propia casa, las calles, los mercados, las tiendas, los buses, los parques; las fiestas, los deportes...

Como mirar con ojos “nuevos”?. Hay artistas que proponen, algo muy sencillo, pero muy importante: variar el ángulo de vista. Por ejemplo, mirar el jardín con la cabeza ubicada a ras del suelo suelo; luego cambiar de posición y mirar desde arriba (subido a una silla), mirar arrodillado...Así miraremos la misma realidad desde ángulos diferentes.


Mirar para traducir lo observado en un cuaderno de croquis, apoyado por la plumilla, la tinta china, pinceles y acuarelas. 



        Croquis extraídos de mis cuadernos de viaje. 






Cuento: La entrada secreta al Chimborazo

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