“ Es imposible aprender de alguien en
quien no se cree “
La imagen que tenemos de un “taller” es un
lugar donde hay variedad de herramientas, mandiles para afrontar todo tipo de
tareas (en el suelo,en escaleras, en los muros...) y motivación para arreglar o
construir algo.
Algo parecido son los talleres de
reflexión: cada participante trae sus “ “herramientas” ( pensamientos,
aptitudes, actitudes, dudas, maneras de ver y sentir, memorias...) para “ajustar” todo aquello que marcha
bien y es muy saludable para disfrutar de una VIDA digna, alegre…; pero,
también para “arreglar” algo que no
funciona bien y es motivo de tristeza.
Cuando hablamos de taller nos estamos
refiriendo a proponer, provocar, posibilitar la PARTICIPACION de todas y todos. Cada persona que acude al
taller tiene mucho que compartir y hay que motivar para que sus saberes,
conocimientos y vivencias sean compartidos para construir nuevas pensamientos y
propuestas que fortalezcan la creatividad, imaginación, autoestima, la
organización comunitaria, la solidaridad, la participación con conciencia crítica.
